12 de octubre
Y vinieron de otros lares, a meternos caño con la cruz pesada, pidiendo sangre, sifilíticos de conquista, hambrientos de ambición perros de la corona, soldados boy scout, dealers de la Biblia.
Venían podridos, sedientos de sangre, con las carabelas hediendo a muerte, traían la fiebre que buscaba el oro, el maíz y la papa lloraron al cielo.
Bajaron zarpados de pólvora y fierro, mi hermano emplumado temblaba curioso a lo lejos, desde ese día las playas se tiñeron de sangre y orina, MOCTEZUMA rendía su cetro, sus plantas sagradas, y intentando poner a un continente de rodillas entero.
En estas batallas lloraban los niños y las madres herían sin erke, ni caja , la leche de los pechos. En aquellos barcos bajaba la muerte, la conquista negra que por siglos mutilaría los sueños de todo un pueblo.
Con faca y cuchillo, choreaban riquezas, las plumas, la plata, el cacau, el café, las ÑUSTAJ-princesas, violadas, quemadas de baba y de sexo. Patearon la puerta, colaron el rancho metralla y vil acero, contra cerbatanos y flecheros que como hijos del sol caían rendidos con las tripas al aire, de boca hacia el cielo, pensando que eran dioses venidos de lejos.
Y mientras la tierra gritaba y plañía por tanta barbarie y tanto asesino leguyero, hordas de bandidos, ladrones y curas que en nombre de dios mataban y saqueaban, buscando la merca, las piedras preciosas, el bronce, la ciudad del dorado que nunca encontraron.
Y era indio por piedra y socavón, por minero, madres por bala de arcabuz camorrero comandados por un par de ¡¡hijos de mala reyna!! que solo trajeron espanto miseria y silencio.
5 siglos de muerte, de cepo, de cadenas y hambruna donde estaba Dios cuando vinieron estos? astillando el oro, robando la plata, sembrando la muerte sobre hermanos de cuero potositeño. Malinche vendía su ultimo orgasmo, sabiendo que el blanco venía a encerrarnos, a robar los pájaros, las urnas del tiempo. Más todo el oro que se llevaron no brilla como el sol que alumbra en América, la rebelión de los pueblos.
Hoy vienen de nuevo a tu barrio malevo, disfrazau de celular y de productos nuevos, del sur hasta el norte, de este a oeste, te engañan el alma y con una tarjeta te plastifican los huesos. Son ellos, los mismos PIZARROS Y CORTESES con otro apellido, sin la carabela vieja y mugrienta, pero con el mismo hambre y el mismo fuego, petróleo y quebracho, miel, vino, uranio, soja, leche faso, te llevan el chupi y el morfi y vos ahí quieto.
Te mandan cantores que chamuyan otro idioma, te visten, te pintan como quieren ellos, te dejan en medio de la calle quemando gomas, las fábricas cerradas y tu bronca en el pecho. Camuflan sus nombres, se llevan aves, lagartijas y conejos. Te ponen un shopping en vez de una escuela, donde antes estaba el almacén de Don Pedro, que con la libreta te aguantaba el fiado, ahora anda que te fíe MONGO AURELIO!!!.
Se llevan el gas, la fruta, el esfuerzo, en el BAJO ALUMBRERA el oro catamarqueño y nuestro. Festejan aún a lo Pizarro con champagne, como los BENNETON, LEWIS,corriendo mapuches viejos,desapareciendo al chango MALDONADO, que por abrazar la mapu su estrella escondieron, DIOSITO si puedes darte una vuelta por el norte, por la patagonia, por cuyo y los esteros, verás que ya no hay onas, pilagás ni wichis, huarpes del sol, ni coyas tejiendo, solo hijos de los hijos de este continente pensando en un CHIAPAS de fuego.
Solo destierro, lágrima y pobreza cuando un chabón gordo se baja de una avión y en una valija se lleva todo el esfuerzo, de todo un pueblo mestizo y herido al sol pensando el destierro, de saber que ni la muerte nos mata, ni el fuego nos quema. Porque somos la vida... la tierra misma que regresa...