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¿Armas o ideas escalofriantes?


A veces el progresismo es "escalofriante". Si vemos las criticas espontáneas a la potencial compra de material militar con un poco de conocimiento sobre el tema, se ve que éste material es débil en potencia y en muchos casos es de descarte. La verdad es que las opiniones y críticas expresadas tanto a nivel “opinión pública” como entre algunos dirigentes no solo muestran un acto reflejo antimilitar, sino que carecen de lógica. La presentación televisiva pareció más destinada a influir en gente progresista bienintecionada que en ajustarse a la discusión de verdades que hacen a la defensa nacional.


! Hasta se escucharon barbaridades como que la compra se asociaba a la idea de reprimir piquetes y manifestaciones!!!!


Vamos a realizar una crítica seria.


Lo “denunciado” (que es la hipótesis máxima de compra) es material de descarte, o sea material que el ejercito de los EEUU ya ha dado de baja por superado tecnológicamente; o material de entrenamiento; algunas de las compras denunciadas como peligrosas o excesivas son de muy bajo poder de fuego, como las tanquetas que, además de poder encararse su fabricación local o comprarlas en otro mercado mas seguro y barato, son solo vehículos de observación y patrullaje, acompañamiento, apoyo a los sumo. Aviones de entrenamiento, helicópteros de las películas de los 90 de los que EEUU se esta deshaciendo. En general son armas que en algunos casos, como menciona la misma nota que las califica de "escalofriantes", datan de la época de Malvinas. Los anticarro y los cohetes para infantería sirven para una defensa liviana contra vehículos y aviones pequeños, no parece muy intimidante sino, mas bien, muy básico.


O sea suena una compra mínima, cara por su misma naturaleza de segunda, que está en discusión desde el año pasado, para un plazo de varios años, que será comprada con créditos financieros, y que sólo se completará en mínima parte. Es para unas FFAA paralizadas, que no afecta en nada el balance de fuerzas en América, y aún menos respecto a otras potencias.


Recodemos que Chile, por ejemplo, dispone de cientos de tanques Leopard alemanes de última generación, Bolivia esta reequipada muy eficientemente por Evo, Brasil ha encabezado con un programa de construcción de una fuerza armada de importancia, ni hablemos de Venezuela. Estos ejemplos son de países hermanos, amigos con los que debemos resolver problemas en conjunto y encarar los desafíos mundiales colectivamente. Pero si hablamos del principal problema geopolítico argentino que es el Atlántico sur, la cuestión militar cobra un grado de amenaza real.


No debe interpretarse este análisis como proponer o ver una "carrera armamentista" a la que habría que incorporarse, por el contrario Argentina hoy no esta en condiciones de encarar políticas comunes de defensa sudamericanas que nos garanticen la paz y la no injerencia, dependemos de que el equilibro geopolítico se mantenga. Teniendo en cuenta que el Atlántico sur es un conflicto con un cariz militar evidente. Que el campo popular tuviera una posición sobre el equipamiento militar y la defensa nacional mas allá de “escalofrío” seria un paso adelante.


Lo que mas llama la atención es que digan que el armamento puede ser utilizado para !reprimir piquetes! Lo cual raya lo ridículo. Para eso ya ha ido reiteradamente la ministra Bullrich a Israel a comprar tecnología, equipos y formación para nuestras fuerzas de seguridad (lo que sí es sumamente grave) y debería generar indignación popular.


La cuestión principal no es el equipo militar que debe sí nutrir nuestras FFAA (del que casi no disponen), sino la naturaleza de la política que se encara, la doctrina que las enmarca, las hipótesis de conflicto que se de deben afrontar.


Sin dudas el actual “plan de compras” es solo un gesto político hacia EEUU: “le compramos a ustedes” dentro de la lógica que manejan desde los PAM (Programa de asistencia militar) de la década del sesenta, que es vender a los países satélites armamento de segunda, y a lo sumo mantener una fuerza militar satélite en lo tecnológico que pueda servir de apoyo logístico en la "lucha (hoy) contra el terrorismo". Es un gesto del realineamiento geopolítico mas, con el que el gobierno pretende ser “mimado” por la gran potencia y así recibir ayuda (no militar, sino financiera, económica, diplomática, etc.) para sobrepasar la debacle en que se esta sumiendo nuestro país.


Se complementa así el freno al (sumamente moderado y casi simbólico) impulso que los Kirchner le dieron a algunas áreas técnicas científicas y de fabricación de algunos artefactos militares, como aviones de entrenamiento, tanques medianos, astilleros, cohetería. etc. La que puede ser discutible en su efectividad, si el esfuerzo fue suficiente y presupuesto asignado alcanzó, pero no en su orientación teórica. La potenciación de la industria nacional y la tecnología aplicada en el desarrollo de herramientas militares fue en nuestro país un cimiento para el desarrollo industrial y tecnológico soberano en el conjunto de la economía. La existencia de una doctrina militar nacional y popular capaz de pensar un país independiente y con capacidad de defensa autónoma fue su pilar desde los 40.


La realidad la operación macrista no es “el enorme aumento del presupuesto militar”. Por el contrario el presupuesto bajó y las áreas de fabricación, investigación etc. están paralizadas, inclusive los gastos operativos del ejército han disminuido con Macri, aún más que con el kircherismo. Este es un plan de compras de mediano plazo, de poca significación, que se encuentra en discusión entre el gobierno y los intermediarios que se beneficiaran, que no serán las FFAA, y que será financiado con deuda.


Claro, si, con las tanquetas se pueden patrullar algunas zonas y combatir delincuentes o cosas así. Una banda de narcos como las que nos muestran en las películas, bien armada, temería a una tanqueta con una ametralladora .50 en una torreta blindada. Ahí acaba la cuestión, es algo parecido a lo que haría la gendarmería. O sea, en definitiva, es la orientación evidente del gobierno hacia los EEUU y de las FFAA a funciones de patrullaje, guardia territorial fronteriza; a los sumo una fuerza complementaria, de apoyo logístico a las fuerzas yanquis en alguna intervención “antiterrorista” en algún país saqueable. Es un paso en el desmantelamiento de las FFAA dado por una clase dirigente que carece de ideas de soberanía, no su reequipamiento “escalofriante”.



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