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Humo y recorte de derechos



El pasado 31 de enero de 2017, el Poder Ejecutivo dictó el decreto nro. 70/2017, mediante el cual modificó la Ley Nacional de Migraciones Nro. 25871.


La norma, actualmente sujeta a la revisión de una Comisión Bicameral del Congreso de la Nación, implica una regresión con respecto a la política migratoria inaugurada hace una década en muchos aspectos.


En primer lugar, porque su sanción por decreto desconoce las facultades del congreso y el procedimiento democrático que había dado origen a la ley vigente. Luego, porque su dictado se fundó en una falacia. El gobierno y sus voceros manipularon las cifras del sistema carcelario y mintieron a la población al afirmar que hay un aumento de hechos delictivos cometidos por migrantes.


Una vez más se recurre a la construcción del extranjero como un enemigo para poder desviar la mirada de la población por sobre los problemas que acucian a nuestro pueblo. El encarecimiento de todos los precios, el tarifazo, el miedo a perder el empleo o el desempleo, la represión del conflicto laboral y la pérdida de los derechos, así como la violencia social, son los verdaderos dramas que debieran unir a los argentinos. En su lugar, la derecha vende humo consigue atraer la mirada incauta con un decreto que no resuelve el problema de la inseguridad.


En realidad, se trata de una disputa entre las fuerzas de derecha, de los masa o los macri, por el uso del discurso de la xenofobia y el miedo para sus fines electorales. La demagogia penal, como se sabe, sólo escala la violencia entre pobres.


Recientemente accedí a una encuesta que había realizado el Diario Clarín mediante la cual se pretendía fundar el apoyo a la reforma. La consulta se dirigía a saber si se acordaba con la expulsión de un extranjero que hubiese cometido un delito. No hay que ser muy pillo para adivinar el éxito por la afirmativa. Sin embargo, se oculta que la ley vigente admite esa posibilidad.


Ahora, cuál sería la respuesta, si la pregunta fuera ¿estaría usted de acuerdo con ser expulsado de un país extranjero donde usted reside hace años y tiene familia, por encontrarse imputado en un proceso penal?, o ¿esta usted de acuerdo con que la policía pueda detenerlo por ser extranjero sin garantías de defensa?


Lamentablemente, la respuesta podría ser otra o la misma, justamente porque el efecto que tienen estas medidas es promover la construcción de un otro enemigo que distraiga nuestra atención de la amenaza real: los ceos y su gobierno.




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