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LA COMUNICACION POPULAR COMO HERRAMIENTA EMANCIPADORA

Natalia Vinelli, fundadora del canal de televisión Barricada TV, dialogó con La 17 sobre la situación política de los medios de comunicación sin fin de lucro ante la nueva gestión, los desafíos que esa situación implica para el campo popular y el (no) debate sobre una nueva regulación de medios.



¿Cuál es la situación que atraviesan los medios de comunicación comunitarios?


Una deuda sobre el sector


El caso puntual de Barricada TV, Pares TV y Urbana TV, por ejemplo, hay que leerlo en el contexto general de la problemática hacia los medios comunitarios. La cual implica el abandono de las políticas de promoción y fomento del sector, que además fueron conquistas obtenidas con mucha movilización y pelea del sector comunitario.


La deuda que el organismo (el Ente Nacional de Comunicaciones –Enacom-, creado por el macrismo vía decreto) mantiene con el sector comunitario es millonaria. Las nuevas líneas de fomento 2016 se están presentando sobre el fin de año y recién se van a cobrar en 2017. Es decir, hay un año y medio (2016 y la mitad del presupuesto 2015) que no fueron ejecutados. Obviamente eso impactó sobre las experiencias comunitarias.


Políticas públicas pro mercado


La política comunicacional del gobierno de Macri es pro mercado. El ministro (de Comunicaciones) Aguad no deja mentir sobre esto cuando dice que “la mejor ley de medios es la ley que no existe”. Creo que esto se trata del retroceso del rol regulador del Estado y la redefinición de políticas públicas vinculadas al ámbito de la comunicación y la entronización del mercado. El cual no para de avanzar y de obtener beneficios con los cambios (decretados por el Gobierno nacional) que se produjeron a partir de las modificaciones y eliminaciones de algunos artículos de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual.


Toda la recorrida de Miguel de Godoy (presidente del Enacom) en Nueva York hablando con bancos y grupos inversores, y las firmas constantes de convenios con grandes empresas trasnacionales, muestran claramente el sesgo pro mercado que tiene la política nacional macrista.


La comunicación del maquillaje


Al mismo tiempo, esto se acompaña con una política muy fuerte de marketing que obviamente intenta tapar el sol con las manos. Esto puede servir en un primer momento, pero cuando se enfrenta la realidad concreta, deja de ser efectiva. Y creo que ahí todo este maquillaje de timbrear y que haya actores del otro lado que reciban a Macri, como en la subida del colectivo, se cae.


Sobre todo en un momento en el cual se entroniza la comunicación comercial y las políticas son todas destinadas a fortalecer las posiciones dominantes del mercado.


Los medios comunitarios, la voz de la información


En ese contexto también los medios populares y auto-gestionados permiten la circulación de información que no está teniendo salida en estos medios comerciales ni ahora en los medios públicos, que son voces de las políticas de Gobierno o del disenso permitido dentro del acuerdo que sostiene la gobernabilidad.


Por eso creo que la función que cumplimos desde estos medios y más ampliamente los espacios donde se pueden dar debates, como en las organizaciones, e inclusive las universidades, son lugares fundamentales para poner en discusión lo que está pasando, de qué manera se lo enfrenta y con qué recursos contamos para enfrentar ese modelo.

Aguad mismo dijo a la prensa que los medios sin fines de lucro tenían que generar sus propios recursos y no tenían que vivir del Estado ni de la publicidad oficial. Esta es una discusión siempre chicanera y engañosa, porque plantea que el sector sin fines de lucro tiene que dar explicaciones de por qué el Estado debe asumir su promoción y fomento, y no lo tienen que hacer las grandes empresas. Cuando el Estado es quien sostiene a estas empresas, muchas veces con el apoyo financiero y con la publicidad oficial.


¿Cómo está parada Barricada TV en esta coyuntura?


Interferida por Clarín


En el caso puntual de Barricada TV quedamos en el proceso de habilitación definitiva con esta gestión. Eso nos generó muchísimas complicaciones porque ya el 24 de noviembre se cumplió un año de haber ganado el concurso (que le asigna a la televisora un lugar para poder ser visualizada en la Televisión Digital Abierta) y de no ser habilitados. Cuando sí existe celeridad y rapidez para habilitar medios de empresas. Eso sucedió por ejemplo con las dos señales de televisión digital que fueron habilitadas y otorgadas a Perfil y a Fontevecchia. Entonces ahí claramente se repite la política pro mercado.


En el caso nuestro estamos esperando el proceso de habilitación, obviamente generando presión y toda la movilización que podamos hacer. Sobre todo porque estamos interferidos por Canal 13, en la frecuencia 33. El 33 estaba a prueba con Canal 13, pero (Canal 13) tiene sus papeles vencidos y tiene otra frecuencia asignada, y nos genera una interferencia prácticamente total de nuestra señal.


Seguramente si esto hubiera sido al revés, si los papeles los hubiera tenido en regla Canal 13 y nosotros hubiéramos sido los que interfiriéramos, ahí hubiera habido un organismo regulador que ordenaría que nos decomisen. Pero como se trata del Grupo Clarín, el Enacom se está tomando todo su tiempo para “resolver la situación” obviamente a favor de Canal 13 y no nuestra. No podemos seguir sosteniéndonos sin pantalla real. Así que en este momento estamos en un proceso de movilización.


¿Cuáles son los debates respecto a una nueva ley de comunicaciones?


Sin construcción colectiva


El primer problema es que no hay debate. Es una nueva ley que está impuesta por decreto, desde arriba, sin participación. La convocatoria a la participación es una plataforma en internet. No en un diálogo que se pueda dar con audiencias o en espacios donde pueda haber participación de organizaciones populares y representantes de distintos sectores que puedan llevar su voz. Sino que en 300 caracteres, que son dos tweets, hay que hacer un tipo de planteo o propuesta.


Eso es muy lamentable y no hay una real propuesta de nueva ley, sino que conocemos lo que trasciende a través de los medios de comunicación sobre quienes se encargan de llevarla adelante. Sobre Silvana Giudice, por ejemplo, muy vinculada con el Grupo Clarín. Osea que realmente podemos dar cuenta de qué tipo de ley pueda ser esa.

Una mirada vetusta


Lo mismo sucede si se siguen los 17 puntos que presentaron, que sería el corazón de esa ley, que muestran que la concentración (de medios) no aparece como problema. De hecho no es mencionada nunca en los puntos. Y que el sector comunitario ya no tiene una reserva del 33 por ciento (la anterior ley resguardaba un 33 por ciento del espectro radioeléctrico para los comunitarios, otra parte igual para los medios comerciales y lo mismo para los medios públicos).


Además, la lectura que se hace sobre este sector (el comunitario o sin fin de lucro) es una lectura que ya está bastante perimida y superada, tanto por la práctica de los medios comunitarios, como por la discusión teórica obre el sector. Ellos entienden a los medios comunitarios como los medios chiquititos, que no disputan nada, que están ahí funcionando donde el Estado no llega, donde al mercado no le interesa, y que por lo tanto quedan condenados a la pequeña escala. Con esto, a grandes trazos, podemos dar cuenta del tipo de ley que quieren construir


Ante esta situación, ¿cuáles son los desafíos del campo popular?


Hacia la acción


Yo creo que el principal desafío tiene que ver con que el campo popular debería terminar de asumir el rol que los medios de comunicación popular cumplen en la construcción de poder popular. Y, en este sentido, tomarlos como herramientas propias y realmente ser parte de las peleas que el sector viene dando, acompañando, articulando, llenándolos de mayores reivindicaciones y de cuerpo, de gente.


La posibilidad de que el sector comunitario se fortalezca tiene que ver con su articulación con otros sectores y frentes del campo popular. Creo que ese es el gran desafío y es la única manera de no seguir retrocediendo.


El escenario ante el gobierno de Macri


El hecho de que los servicios de cable ya no se lean como servicios de comunicación audiovisual, sino como telecomunicaciones, implica además que ya no tienen que cumplir con las exigencias de lo que quedó (tras los decretos de Macri) de la ley de Servicios de Comunicación Audiovisual. Entonces, ahí también está enmarcándose el sesgo pro mercado, pro concentración y en todo caso alguna miga para el sector de la sociedad civil, para que no le genere ningún inconveniente y ninguna molestia.


El escenario es bastante malo y creo que en ese debate no estamos parados en la mejor situación. Pero si creo que si es posible articular no solamente entre medios populares, sino sobre todo entre medios populares y organizaciones populares que tomen y defiendan a sus propios medios y lo hagan parte de sus propias demandas.

Junto a las demandas de los propios frentes en conflicto, creo que vamos a estar parados en un escenario mucho mejor para defender lo que conquistamos. Y también para avanzar en nuevas reivindicaciones que permitan que el proceso de crecimiento y desarrollo de los medios populares como herramientas del campo popular, pueda desarrollarse y crecer mucho más de lo que ha hecho hasta ahora.


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