EL CIRCULO PRISIONERO - CARCELERO
Una de las noticias más relevantes de la semana, tuvo que ver con el anuncio de la Gobernadora de la Provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal sobre la “Reforma del Sistema Penitenciario”. En palabras textuales de su Ministro de Justicia y Seguridad: “la reforma más importante desde el retorno de la democracia”
Palabra más palabra menos, se trata del desplazamiento de la cúpula del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB) y de otros 132 jefes. (Entre los que se encuentra Fernando Díaz, designado por la Gobernadora hace algunos meses, tras la fuga de los hermanos Lanata). Y como frutilla del postre, la designación de un jefe civil, por el termino de 90 días. (Juan José Baric hasta ayer se desempeñaba como funcionario del Ministerio de Justicia y Seguridad de la Provincia de Bs. As.)
1. La designación de un Jefe civil es un reclamo histórico de quienes requieren un efectivo control político tanto de las fuerzas policiales y de seguridad, como de una fuerza como el SPB. Ante esto decimos: que el jefe sea un civil no garantiza, por sí solo, que ese control sea efectivamente político y mucho menos respetuoso de los Derechos Humanos de las personas privadas de su libertad.
2. Hace décadas que el ámbito carcelario es un nicho de abusos, corrupción y violaciones a los derechos humanos de las personas detenidas. Pero eso no se soluciona cambiando un Fernández por un Baric, ni disponiendo un sistema de auditoria externa en la que participe la Comisión Provincial por la Memoria.
3. Los cambios estructurales, necesitan voluntad política y una visión crítica sobre el rol desempeñado a lo largo de la historia por las instituciones policiales y de seguridad, por las fuerzas armadas, por los servicios penitenciarios y por los servicios de inteligencia. Esa visión crítica sobre cómo funcionan las fuerzas represivas – incluida en esta definición el SPB – no está presente en el gobierno provincial, ni en el Nacional, por lo tanto no habrá reforma estructural del SPB.
Desde la Corriente Política 17 de Agosto queremos dejar en claro que la corrupción, las condiciones edilicias infrahumanas, la vulneración a derechos fundamentales de las personas privadas de su libertad, el hacinamiento - no solo en unidades penitenciarias, sino también en las comisarías de la provincia – entre otras, no se soluciona con la designación de un civil al frente del SPB. Para un solucion real se requiere de un cambio de paradigma en materia de política criminal y en el manejo de las fuerzas policiales y de seguridad.
La Ceocracia Macrista, tanto en el plano nacional como en la provincia de Buenos Aires, impulsó cambios en la legislación penal para limitar, una vez más, las excarcelaciones. Esto ocasionará mayor hacinamiento y peores condiciones de detención, y deja en claro que su visión de cómo funciona el sistema penal es opuesta a la nuestra.
La gobernadora no está interesada en realizar un cambio estructural, terminando con los nichos de corrupción del SPB - que no es connivencia con el delito sino, lisa y llanamente delito - o en mejorar las condiciones de detención de las personas encarceladas, sino no echaría mano a la demagogia punitiva para demostrarle a la sociedad que se está haciendo algo por la seguridad, aumentando significativamente la población carcelaria. En tal sentido, advertimos que cuando la derecha neoliberal pone el ojo en las cuestiones vinculadas con las condiciones de detención, por lo general, tiene como objetivo privatizar las cárceles y transformarlas en negocio.
No nos confundamos, la derecha es derecha y para mejorar estructuralmente el Servicio Penitenciario Bonaerense es necesario revolucionarlo, barajar y dar de nuevo, ponerlo patas para arriba y volver a empezar. Conducir políticamente la institución. Y de eso, ni noticias.